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Diputació de Girona i Patronat de Turisme

Sa Real sobre la bocina, Sant Lluís y Valladolid, campeones del CBGB

Tras seis días en qué se han jugado hasta doscientos partidos entre más de setenta equipos, la semana del Costa Brava Girona Basket ha puesto punto final a un torneo que ha hecho de las tierras de Girona todo un foco del talento joven del baloncesto internacional. Han sido jornadas muy intensas en qué los pabellones de Sarrià, Vilablareix, Sant Gregori, Quart, Salt, Montfalgars, Palau y Fontajau han recibido equipos de todo el mundo viviendo partidos que, pese a la edad de los jugadores, han demostrado ser de mucha categoría.

No hace falta ir demasiado lejos para encontrar el primer ejemplo, porque la gran final de cadete masculino, el último de los muchos partidos que se han jugado, se ha decidido a favor del Sa Real de IBiza por 64-63 sobre Apollo Amsterdam, con una canasta antológica que entró cuando ya sonaba la bocina. Un equipo y otro no dejaron de intercambiar golpes durante todo el duelo, pero, así y todo, no se perdió el compañerismo fuera de la pista y, claro, Sarrià se convirtió en un polvorín llenándose con los otros equipos del torneo que ya habían terminado sus partidos, pero no querían perderse el más decisivo. Desde el encuentro que se jugaba antes, el tercer y cuarto puesto que ganó 59-58 El Pilar Valencia ante Ratiopharm Ulm, ya había empezado a llegar gente. En el pabellón de Salt, donde momentos antes se disputó la final infantil, el ambiente era parecido, con compañeros de todos sitios animando SESE y Sant Lluís Menorca, estos últimos ganadores del torneo tras un 80-73. En categoría mini, el Valladolid demostró tener un punto más de madurez que sus rivales durante los tres días de campeonato, y en la final superó el U12 de Apollo Amsterdam 91-46. 

Todo esto para poner fin a una semana de Costa Brava Girona Basket que ha tenido momentos para todo, desde partidos vibrantes hasta amistades que seguirán más allá del torneo, desde la alegría de unas jugadoras al conocer a Marc Gasol hasta el regreso a Girona de un icono como Darryl Middleton, esta vez en el banquillo del Dubai. Baloncesto de todas las alturas y, sobre todo, un espíritu y unos valores que deben ser la base del deporte formativo.